““No estamos pidiendo derechos por las calles, estamos hablando de ellos; no estamos pidiendo anuncios que no nos conviertan en mujeres-objeto, estamos destruyendo los mecanismos comerciales que nos deshumanizan como mujeres; no estamos apelando al poder masculino para que termine con las violaciones, sino que le amenazamos: “Si me tocas, te aniquilaré”.
Por una vez, los mecanismos que crean y mantienen las identidades de la feminidad fueron rechazados, y nuestros deseos fueron los nuestros propios, nuestros cuerpos fueron los nuestros propios, y nuestra violencia fue la nuestra propia.”